Wednesday, January 9, 2013

Asturias, el despegue de un sector vinícola competitivo
 
Un grupo de investigación del CSIC inicia un estudio en 1986, cuando la viticultura de montaña había desaparecido, con el objetivo de determinar las variedades autóctonas de la zona, potenciar su conservación y, mediante un sistema de clonación, reproducirlas y comercializarlas, para la elaboración de vinos de calidad
 
El CSIC ha recuperado la “viticultura heroica” en Asturias con un largo trabajo de I+D+i, cuyos resultados han permitido el despegue de un sector vinícola competitivo que, en la actualidad, produce vinos de reconocida calidad.
 
Determinar y localizar las variedades autóctonas de la zona, potenciar su conservación y establecer un sistema de selección clonal para su reproducción e introducción de nuevo en el mercado fue el primer objetivo del estudio iniciado en 1986 por la científica del CSIC Mª Carmen Martínez, responsable del equipo de Investigación de Viticultura de la Misión Biológica de Galicia, cuando la viticultura de montaña en la zona Suroccidental de Asturias prácticamente había desaparecido.
 
El seguimiento de las variedades cultivadas en una parcela experimental establecida en Cangas del Narcea en 1991 determinó cuáles son las autóctonas: albarín blanco, albarín tinto, verdejo negro y carrasquín y su inclusión en una lista oficial para su comercialización. El desarrollo de varios estudios, como análisis de ADN, resistencia natural a enfermedades (Mildiu, Oídio y Botytris) o influencia de los microclimas permitió seleccionar y clonar las que son susceptibles de producir vinos de mejor calidad.
 
Con los primeros resultados del trabajo de I+D+i se estableció como nuevo objetivo despertar el interés de los viticultores de la zona para promover la creación de un sector vinícola que incida en el crecimiento sostenible de la comarca poniendo en valor la “viticultura heroica”, que únicamente representa un 5% de la viticultura a nivel mundial, por sus características: en zonas de montaña, altitud superior a los 700 metros, con fuerte pendiente y en pequeñas islas. Este tipo de viticultura sólo es posible con el uso de variedades extremadamente adaptadas a las condiciones límites donde se cultivan, lo que permite la obtención de unos vinos de gran peculiaridad y autenticidad.
 
Uno de los aspectos más destacables es la labor divulgadora y de transferencia de resultados llevada a cabo por los investigadores compatibilizándola con una investigación de alto nivel, como lo demuestra la publicación de numerosos artículos científicos y libros. La divulgación se ha dirigido a los viticultores, con el fin de promover la recuperación de la viticultura heroica, y a la Administración local, autonómica y nacional, con el objetivo de lograr su implicación. Al ámbito académico y científico nacional e internacional para alentar la apertura de nuevas líneas de investigación y, a la sociedad y particularmente a los más jóvenes, para potenciar su conservación como parte de las raíces y cultura y como una alternativa de futuro interesante.
 
El grupo de investigación, que forma parte del organismo internacional CERVIM (Centro di Ricerche Studi e Valorizaciones per la Viticultura Montana), finalizó en 2007 la selección clonal y la certificación de las variedades de mayor interés para la producción de vinos logrando la comercialización en exclusiva (durante cinco años) para los viticultores de Asturias.
 
El CSIC continúa desarrollando diversos estudios de investigación y, en colaboración con los viticultores, realiza un seguimiento de las plantas obtenidas de la selección clonal, en las diferentes parcelas cultivadas, para la divulgación posterior de los resultados con el fin de contribuir a la consolidación y posicionamiento del sector, que comercializa los vinos bajo el amparo de la Indicación Geográfica Protegida Vinos de Calidad de Cangas y que actualmente promueve el desarrollo sostenible de la zona suponiendo una alternativa a otros sectores en declive.
España fue el octavo exportador mundial de productos agroalimentarios en 2011
 
España fue el octavo exportador mundial de productos agroalimentarios en 2011, con una facturación de 34.932 millones de euros, según los datos de la Organización Mundial de Comercio recogidos por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama)
 
En el último número de la publicación "Análisis y Prospectiva - Serie Indicadores", el Ministerio analiza la alta competitividad de las exportaciones españolas del sector agroalimentario, entre las que figuran los productos agrarios, pesqueros, y de la industria alimentaria, bebidas y tabaco.
 
Según ha destacado el Magrama en un comunicado, estos resultados mejoran la posición que ocupa España en el ránking mundial en exportaciones totales de mercancías, en el número 18.
 
El documento recoge también que el valor de la producción de la rama agraria ha subido un 2,9 % y el de la pesquera, el 10,7 %.
 
En el año móvil de octubre de 2011 a septiembre de 2012, el saldo del comercio exterior agrario y pesquero español (sin incluir los productos no alimentarios) se aproximó a los 3.940 millones de euros, el 51 % más interanual.
 
El importe neto de la cifra de negocios de la Industria de Alimentación, Bebidas y Tabaco ascendió a 101.857 millones de euros en 2011, y la productividad de este sector, en términos de ventas netas de producto por hora trabajada, fue de 141,5 euros por hora, un 10 % superior a la media de la industria española.